La hepatitis C es una enfermedad causada por el virus VHC, el cual tiene tipos y subtipos de genotipo que solo se diferencian en la respuesta hacia el tratamiento. En Catalunya, el genotipo 1 es el responsable de entre el 70-80% de las infecciones por VHC (ASSCAT, 2011). El hígado es el órgano afectado. Se trata de una enfermedad silenciosa, latente, que se muestra tras 10-20 años desde la infección inicial. En España hay entre 400.000 y 760.000 personas que padecen hepatitis C (Bruguera y Forns, 2006). Según la OMS el 3% de la población está infectada por el VHC, aunque es un % variable según zonas del planeta; 350.000 personas mueren cada año de este virus en el mundo.
La problemática puede afectar a nivel personal, de relación de pareja, de relación con los hijos, de relación con la familia extensa, a nivel laboral y/o a nivel social (Montilla, 2003). El psicólogo puede intervenir en el shock tras la comunicación del diagnóstico y dando información rigurosa. Posteriormente pueden surgir miedos (a contagiarlo, a la biopsia, al tratamiento, a la cirrosis, al trasplante) y trastornos mentales asociados, los cuales puede tratar. También ayuda a potenciar la adherencia al tratamiento farmacológico y a mantener la actitud de fortaleza beneficiosa. Por otro lado, puede participar en la prevención primaria.
Un ejemplo de tratamientos famacológicos es el de 3 componentes: telaprevir o boceprevir + ribavirina + interferón. Nuevos fármacos son el sofosbuvir y el simeprevir. Una cuestión importante es el alto coste de éstos nuevos fármacos, inaccesible para gran parte de la población si gubernamentalmente no se hace algo al respecto.
La problemática puede afectar a nivel personal, de relación de pareja, de relación con los hijos, de relación con la familia extensa, a nivel laboral y/o a nivel social (Montilla, 2003). El psicólogo puede intervenir en el shock tras la comunicación del diagnóstico y dando información rigurosa. Posteriormente pueden surgir miedos (a contagiarlo, a la biopsia, al tratamiento, a la cirrosis, al trasplante) y trastornos mentales asociados, los cuales puede tratar. También ayuda a potenciar la adherencia al tratamiento farmacológico y a mantener la actitud de fortaleza beneficiosa. Por otro lado, puede participar en la prevención primaria.
Un ejemplo de tratamientos famacológicos es el de 3 componentes: telaprevir o boceprevir + ribavirina + interferón. Nuevos fármacos son el sofosbuvir y el simeprevir. Una cuestión importante es el alto coste de éstos nuevos fármacos, inaccesible para gran parte de la población si gubernamentalmente no se hace algo al respecto.